Me dedico a la fotografía y a la ingeniería de software. Radico en Guadalajara, Jalisco, México. Me gusta observar, escribir, leer, viajar y cuestionarlo todo, incluyéndome a mí. Soy curioso, analítico y creativo. Para mí, la vida cotidiana se traduce en líneas, sombras, luces y simetrías. Los sucesos se almacenan en mi memoria como fotografías mentales.
Me conmueven las historias y me asombra su poder para transformar realidades. Encuentro poesía en la luz, en los detalles y en las palabras. Me mueve una profunda curiosidad por la humanidad, la cultura y la forma en que nos relacionamos. Cuanto más observo, más preguntas surgen sobre quiénes somos y por qué nos comportamos como lo hacemos.
Desde niño sentí atracción por la fotografía. Crecí viendo a mi padre con una cámara al cuello y, aunque durante muchos años solo observé imágenes en galerías, fue con la llegada de los smartphones que empecé a capturar mis propias fotos y a compartirlas en redes sociales. Descubrí que algo se encendía dentro de mí cada vez que tomaba una foto, y decidí seguir ese impulso.
A los 33 años aprendí, de forma autodidacta, a usar una cámara en modo manual. En 2019 hice un viaje en solitario por el sudeste asiático que marcó un antes y un después, tanto en mi vida como en mi evolución como fotógrafo.
La fotografía documental y de viajes me permite integrar muchos de mis intereses: la sociología, la antropología, la estética, la exploración, la poesía y la creatividad. Mi cámara se ha convertido en una herramienta para capturar lo que me conmueve, lo que resuena en mi interior, para narrar lo que observo y para reflexionar sobre el mundo que me rodea.
Fotografía por Paloma Orduño