“Hubo días en los que trabajaba para mí, lo que al final me permitió desarrollar un estilo personal. Visité museos, hice descubrimientos como el de Man Ray y aprendí más y más sobre la historia de la fotografía. Es una buena manera de poner las cosas en perspectiva. Necesité cuatro años, quizá más, para empezar a encontrar mi propio estilo.” – Herb Ritts
En una era donde cualquier persona puede tomar una fotografía con su celular y las redes sociales están inundadas de imágenes espectaculares, lo que realmente puede ayudarte a destacar es tu estilo fotográfico. Este es único, porque está formado por tu historia personal: lo que has vivido, leído, sentido, las personas que has conocido, las películas que te marcaron, el arte que te ha inspirado y todo aquello que te emociona.
Encontrar tu estilo no es una tarea sencilla. Implica reconocerte, aprender técnicas, practicar con intención y conectar con tu visión interior. ¿Pero cómo se logra realmente? Aquí te comparto los seis pasos que me han funcionado a mí y que también pueden ayudarte a ti:
Estudia los fundamentos técnicos del uso de la cámara y la composición fotográfica. Puedes empezar con libros, blogs o canales de YouTube. Comprender bien los conceptos básicos (como apertura, ISO y velocidad de obturación) es esencial para luego poder romper las reglas con intención. También aprende sobre el revelado en Lightroom y la corrección de color en Photoshop. Hoy en día, hay miles de tutoriales gratuitos al alcance de un clic.
Tip: Consulta mi lista recomendada de libros y canales de YouTube sobre fotografía para acelerar tu aprendizaje.
Toma tu cámara y aplica lo que aprendes, paso a paso. Por ejemplo, dedica un día a practicar apertura, otro a ISO y otro a velocidad de obturación. Explora distintas perspectivas y reglas de composición.
Para mí, esta es la etapa clave en el desarrollo de un estilo fotográfico. Con cada sesión, afinarás tu técnica y comenzarás a reconocer patrones que te definen. Lleva tu cámara a todos lados y permite que la curiosidad te guíe.
Tip: Toma fotos en eventos familiares, viajes, sesiones espontáneas con amigos o fotografía callejera. Todo suma.
Revisa tu trabajo con atención. ¿Notas patrones? ¿Hay temas, encuadres o colores que se repiten? Identifica lo que más te gusta y lo que mejor te sale. Tu estilo no es algo que inventas desde cero, sino algo que descubres en tu propio reflejo.
“Cuando giro mi mirada hacia afuera, cámara en mano, de hecho estoy buscando imágenes dentro de mí; solo puedo materializar ese mundo de fantasmas cuando veo algo que resuena dentro de mí.” –Sergio Larraín
La postproducción es el momento de reinterpretar tu imagen. Trabaja siempre en formato RAW para aprovechar todo el potencial del archivo. Usa Lightroom para revelar y Photoshop para editar el color, la luz, la textura, y llevar la imagen a ese lugar que ya imaginabas antes de tomarla.
Este es el terreno creativo donde todo se vuelve posible. Aquí aplicarás las influencias que descubriste en ti mismo.
Tip : Imita colores de tus películas favoritas o fotografías que te inspiran. Es una excelente forma de desbloquear tu creatividad.
Incluso si ya encontraste tu “zona de confort”, sigue explorando. Tu estilo puede evolucionar con el tiempo, y solo lo hará si tú también creces como fotógrafo. Aprende nuevas técnicas, prueba otras disciplinas y sal de la rutina creativa.
Nada de esto ocurre de la noche a la mañana. Desarrollar un estilo lleva años de práctica, errores y evolución. La clave es la constancia. Con el tiempo notarás cuánto has crecido si comparas tus fotos actuales con las de hace uno o dos años.
“Me preguntan a menudo si mi formación como economista ha influido en mi trabajo fotográfico. Creo que sí, pero no solo es eso. En realidad, incluso hoy fotografío llevando conmigo el bagaje de todo lo que he vivido.” –Sebastião Salgado
Encontrar tu estilo fotográfico es importante, pero no debe convertirse en una obsesión. Al principio, puede parecer que no avanzas, pero si te enfocas en el proceso y no solo en el resultado, lo disfrutarás mucho más. Enamórate de cada uno de estos seis pasos. Regrésalos una y otra vez. Disfruta el camino, diviértete y un día, sin darte cuenta, descubrirás que has desarrollado un estilo que es verdaderamente tuyo.
